Priego de Córdoba
Me preguntan los miles de visitantes de “Blog Dolmenhir” (es mentira, sólo lo leemos tres personas, mi hijo, un vecino y yo, y el vecino siempre y cuando lo invite previamente a una lata de cerveza Lander Brau) porqué ya no pongo nada en el blog. Porque para IR a buscar Megalitos hay que viajar, y viajar genera gastos, y mi nómina es cada vez más famélica, deprimente, y preocupantemente menguante.
Se pueden ver miles
de ellos en Internet, y en las cada vez mas numerosas “Guia de Megalitos
de...”, pero eso es como la cerveza sin alcohol. No hay nada
comparable con vivir la aventura de, IR a buscar megalitos. Pero una conjunción
de conjunciones me ha llevado recientemente a intimar con dos dólmenes que no
conocía.
La conjunción: diez días de vacaciones a finales de mayo, una jornada sobre Neandertales en Ardales y otra jornada en la Subbética cordobesa con mi compañero de promoción, 1977/1979, Andrés Mérida, el Chino.
Megalíticamente hablando solo tenía previsto conocer el Dolmen de La Lastra, casi imposible dar con él por su intrincada ubicación y carencia de señalización, pero que el mejor Agente Medioambiental de Córdoba lo incluye en su demarcación forestal. Y con tan humildes pretensiones cogí mis bártulos y monté mi campamento base en Granada, en un pisito que heredé, en la carretera de Víznar y Alfacar.
Dolmen de La Lastra
El día que me enruté para Priego, llovía, luego era un magnifico aliciente de inicio. En Puerto López granizaba, luego la cosa iba mejorando, dadas las circunstancias de sequía de esta primavera, y lo que a mí me gusta la lluvia. En una gasolinera de Priego cumplimentamos la cita. Dos viejos amigos de la Escuela Forestal, el Chino y el Moro.
Andrés tenía previsto su cometido profesional para ese día, así que yo simplemente me sumaría a acompañarlo. Pisteamos buena parte de la mañana por una preciosa comarca, Priego, Luque, Zuheros.
Pasamos por unas buitreras y paramos junto al cortijo de La Lastra.
Cortijo de La Lastra
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Vista de la Nava de Luque desde el domen |
Charlamos todo el tiempo de los viejos tiempos, cuando éramos jóvenes y atractivos aspirantes a forestales, en la Sierra de Cazorla, en la Escuela Forestal del Vadillo Castril. Brindamos por los buenos momentos y brindamos por los compañeros que ya nos dejaron y que seguro que estarán gestionando correctamente las praderas de Manitú.
Partí de nuevo para Granada, esperando poder ser igual de buen anfitrión cuando el Chino me haga una visita en Ceuta.
Con el 'Chino' en Aguilar de la Frontera, hace 33 años
Con el 'Chino' en Zuheros, hace unos días
Ardales
A las 6 de la mañana tomé camino de Antequera para llegar a Ardales, el orto y el ocaso no son ocasiones que puedan desperdiciarse. Tampoco un desayuno en la venta de Riofrío, con una tostada de media hectárea, aceite suficiente para atravesar la mesa y empapar lo calcetines y un diente de ajo como una granada de mano.
Los dólmenes de Antequera, por ubicarse en esa encrucijada andaluza, he perdido ya la cuenta de cuantas veces los he visitado, pero aún así fue mi entrañable furgoneta 4x4 la que se aparcó sola junto al Centro de Recepción, no yo. Eché un rato muy agradable, aún no había público alguno, solo el indio, en lontananza.
Hacía 20 años que no volvía por Ardales, y me pareció muy cambiada. Está verdaderamente bonita, y con unas propuestas para el visitante más que interesantes, en sus alrededores, la Comarca del Guadalteba.
Ardales
Embalse del Guadalhorce
La jornada sobre
Neandertal no defraudó a nadie. Los ponentes eran de primer orden, el tema,
fascinante, y una mesa redonda final, comandada por Manuel Pimentel, muy amena,
donde este se dedicó a “tirar de la lengua” a los ponentes con preguntas
“inciso contusas” y el consiguiente apuro para las respuestas. Muy bien por los
organizadores, el Ayuntamiento de Ardales… y Pedro Cantalejo.
Ponentes: Gerd Christian Weniger, Director Neanderthal Museum de Alemania.
José Ramos Muñoz, Catedrático
Prehistoria Universidad de Cádiz.
Clive Finlayson, Director del
Gibraltar Museum.
Manuel Pimentel, Director de
Arqueomanía.
La mayoría de los asistentes salieron disparados para ver la final de la Copa de Europa, entre madrileños blancos y rayados. A los que pillaba algo más lejos la residencia hicimos un pequeño frente común y nos quedamos en Ardales. Como yo soy de la Asociación Deportiva Ceuta, pedazo de equipo de la grandiosa Tercera División del futbol español, pude ver la final desde la más tranquila neutralidad.
AD Ceuta
Ronda
Aquella noche decidimos, este pequeño grupo, pasar la mañana siguiente en Ronda, ya que era domingo. Un esplendido domingo de finales de mayo y Ronda “empetá” de turistas. Al pasar por la puerta de la oficina de Información y Turismo decidimos entrar y preguntar por una reseña que habíamos visto en algún recóndito lugar de Internet sobre los Dólmenes del Arenal.
Nos indicaron una urbanización a las afueras de Ronda, camino de la costa. Nos costó más de una hora dar con el sitio. La mayoría de los vecinos de la urbanización no tenían ni idea, hasta que preguntamos a una familia que nos indicó correctamente y que además nos contaron que en el lugar que ocupa en la actualidad la piscina de su casa ¿o era el jardín?, había otro dolmen que fue, evidentemente, sacrificado.
Cuando por fin llegamos hasta el dolmen en cuestión nos invadió una sensación agridulce (dos de los que formaban el grupo son arqueólogos). Aquello era el cagadero oficial de perros de la urbanización, al margen de todo tipo de basuras y un estado de abandono total. Sin embargo, el dolmen presenta unas posibilidades tan “potentes” que nos cuesta creer como puede sufrir esta desidia.
Medido a “ojímetro” tiene entre 7 y 8 metros, y conserva buena parte de las cubiertas, estando, a nuestro parecer, el resto de ellas, diseminadas en las inmediaciones, lo que supondría una restauración cómoda y barata.
Es muy parecido al dolmen de El Charcón, en El Gastor, que exceptuando a los grandiosos monumentos megalíticos andaluces de Antequera, Valencina, y el de Soto en Trigueros, sería entonces de los más importantes.
La urbanización está a escasos metros, luego un pequeño sendero, una señalización estratégica, un panel explicativo con los principales datos y por supuesto, la indispensable restauración antes mencionada, supondría para Ronda otro aliciente más que sumar al ya de por si magnifico patrimonio cultural existente. Intentamos, cada uno por su cuenta aunque en permanente contacto, saber algo más de este asunto, averiguar algo, conocer más datos, y tratar por supuesto de denunciar la situación.
Contactamos, afortunadamente, con Andrés Rodríguez, de la Asociación Rondeña de Caminos Andaluces, ARACA, que inmediatamente se “movilizó” haciendo diversas gestiones en pro de estos objetivos comunes, lo que le agradecemos enormemente. Por nuestra parte, una vez recabada la información necesaria, legislaciones al efecto, etc... elevaremos la denuncia pertinente.
P.D. Un dato reciente. Gracias a las gestiones que
ha emprendido Andrés Rodriguez, según vemos en alguna foto de su blog “ La
Serranía Natural”, el Dólmen de El Arenal y su entorno han sido liberados de
las basuras que antes lo adornaban.
Carmelo, como siempre una crónica fantástica mezclando con amenidad, tus andanzas lúdico-gastronómicas, con tus investigaciones sobre las piedras prehistóricas. Un abrazo.
ResponderEliminarHola Carmelo. Como ves tienes algún lector esporádico y lejano pero que no deja de disfrutar con tus crónicas y comentarios. Todavía conservo el relato escrito de uno de tus viajes veraniegos y no olvido aquella jornada memorable de los cuatro homínidos recorriendo el Oued Farda.... Un abrazo.
ResponderEliminarYa somos cuatro. Lo añado a favoritos, para recordar...
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